PALPITACIONES

sábado, 18 de abril de 2015

EN EL LAGO TIBERÍADES

Es un escenario único, un espacio evangélico. El evangelio también afecta a la geografía, a las olas que sacudían  la barca a la que se acercaba Jesús. En el lago dejó Jesús sus huellas cuando caminaba sobre el.  Su presencia en el mar de Galilea, de noche, hizo brillar la fe superando el temor de los discípulos. Su presencia es bonanza para nuestras tempestades como lo hizo en el lago de Tiberíades.

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