PALPITACIONES

miércoles, 19 de julio de 2017

LA ZARZA QUE ARDE

sin chamuscarse es en la que Dios se abre paso y  se deja ver. Una zarza donde resuenan las palabras  y  los silencios, ante la cual uno se descalza, donde no cuenta sino el rostro. Donde Dios habla y llama  y la luz no quema sino que transfigura la mirada   y el corazón. 

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