el rayo que me atraviesa
y me deja hecho trizas,
el Hijo que sube del agua
y de la tierra y antes a la cruz.
Tu eres el diamante
que perfora mi corazón de piedra
y lo hace sangrar ansias de tu voz
y presencia.
Eres el que estás latiendo
en el descabello,
y te haces corazón
de mi vida y sueño.