el rayo que me atraviesa
y me deja hecho trizas,
el Hijo que sube del agua
y de la tierra y antes a la cruz.
Tu eres el diamante
que perfora mi corazón de piedra
y lo hace sangrar ansias de tu voz
y presencia.
Eres el que estás latiendo
en el descabello,
y te haces corazón
de mi vida y sueño.
en la ciudad,
saltan las alarmas,
se dispara el miedo.
Señor de la luz
y de la nube sin brillo,
sin Ti nada sucede.
Estallido de vida,
dolor del nacer y morir.
madrugo,
me levanto y camino,
sigo adelante aun cuando
tenga el sabor del ajo.
Por ti sonrío triste
y me regocijo.
Lucho y batallo
con torpe palabra
y ágil pluma de escribano.
Por ti me soporto y aguanto
y agradezco la vida con su llanto.
ir a Nazaret con su ángel y barranco,
a Jerusalén donde se oscureció el sol,
recorrer el atardecer
del necio y torpe
de corazón
y enardecido por su palabra
seguir la escondida senda.
extrema dificultad,
riesgo inherente
para ir más allá.
Ley y Profetas
cimiento de amor,
Espíritu Santo,
vela henchida,
heridas y vendas
en el corazón,
paso estrecho,
pericia en la navegación,
inteligencia espiritual.
sol. Deja de girar
astro rutilante.
No te ocultes... No se mueva
la sombra en la piedra.
Quede suspendido el tiempo
hasta que sea vencido
el enemigo en la batalla.
de la Pascua, libro abierto
traspasado de Espíritu Santo,
calor que funde el hielo,
pies lavados por el Logos
que cabe el Padre
ha descendido hasta nosotros.
