DE PARTE DE DIOS

Su afán es comunicarse, entrar en relación y lo hace de una forma admirable. Por su sencillez y autorelativización asumiendo  las medidas temporales humanas. Es el tiempo del surgir de la vida humana, de su concepción y desarrollo en el seno materno en el que se inserta el misterio de Dios, en las coordenadas necesarias para que la vida  pueda formarse y  llegar a ver la luz. No hay saltos sino un entrar en el dinamismo vital que hace de Dios  un admirable misterio que nos deja sin palabras.

COMUNICARSE POR SEÑAS

Nuestra eventual falta de fe o de una fe menos contundente y arriesgada  nos  tiene que abocar a un uso de gestos, señales, obras  como forma de trasmitir lo visto y oído y  a cesar en el lenguaje verbal como modo habitual  de comunicación de lo que creemos y experimentamos. Menos palabras y más señas  de nuestra  oligopistía. Por lo menos el ridículo lo tenemos asegurado pero es el peaje que  tenemos que pagar por nuestra increencia galopante.

DISTRACCIÓN POR NAVIDAD

Cuando nos quedamos en el adorno, en la publicidad, en la apariencia de  mensajes que disfrazan lo real con luces de bajo consumo, en un protagonismo desmedido y acaparador que piensa que o se hace la voluntad de uno mismo o se rompe la baraja. Desilusiona cuando parece que siempre salen con la suya los de siempre.  Al final nos queda el consuelo de unos pastores corriendo en la noche.

PAPA FRANCISCO

A el le ha sido concedido el don de pastorear el pueblo de Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo.  Su presencia actualiza la solicitud del Buen Pastor por los de cerca y los de lejos. Ver en el al que ha sido puesto para confirmarnos en la fe, es eso mismo, una cuestión de fe. Si nos salimos de este ámbito, la descalificación o el elogio interesado campan a sus anchas y desenfocan la mirada sobre el.