sin doblegarse, erguida,
sin la sombra del Espíritu Santo,
mediodía de tinieblas,
a contraluz, bajo el cobijo de la cruz,
lágrimas de silencio
resbalan por su mejilla
sin maquillaje
y no hay lamento sino esperanza.
sin doblegarse, erguida,
sin la sombra del Espíritu Santo,
mediodía de tinieblas,
a contraluz, bajo el cobijo de la cruz,
lágrimas de silencio
resbalan por su mejilla
sin maquillaje
y no hay lamento sino esperanza.
árbol de frutas jugosas
con imperceptibles espinas,
precipicios, bullicio de encuentros,
y un silencio, amanecer de la luz,
y un latido apresurado, el de María,
al escuchar una voz extraña, lenguaje nuevo,
propuesta insospechada,
balanceo del alma, reseco en los labios,
viveza interna, diálogo con el ángel
enviado por Dios a su casa
para ser cobijo y entraña
de un Hijo que se va entretejiendo
después del sollozo de un si desorbitado.
propuesta sanguinaria,
planes homicidas
contra el Cordero manso, sin defecto;
tiniebla galopante al mediodía,
deforestación del cosmos,
galaxia desértica, sin savia.
Y la palabra primigenia,
luz que no se apaga,
resuena en Aquel, insuperable
en su decir y hablar.
cuando el silencio no te habita y envuelto en múltiples tareas te dispersas.Escucha el latido de tu corazón y descalzo en la tierra sagrada del misterio que te envuelve, descubre la llama de Dios que pronuncia tu nombre.