Paso ligero de atleta,
intrépido en la montaña,
heridas de vida, Polonia asaeteada.
Obrero, obrador de escenas y sueños.
Joven hasta la muerte,
de Cracovia a Roma,
peregrino infatigable;
María, refugio de insidias y balas.
A rastras, balbuceos.
Con las sandalias puestas
escuchaste el postrero sígueme
después de tu te quiero eterno.
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