Fuertes,
sus facciones del rostro,
suavizadas por la barba abundante.
Entusiasta, con efectiva metodología
disciplinaria,
más de tarde que de mañana,
un cigarrillo en la mano,
de Jesucristo enamorado
en esa escena del Templo
y en el de esa noche a la mesa
con aquellos desencantados.
Recio e implacable, tierno
y amigable. De aspecto descuidado
por despojo del yo,
envuelto en lo sagrado.
Si vida enraizada en Tui,
en el Seminario,
se fue abriendo paso
y con estudios de Derecho
subió a distintas montañas
hasta que ascendió
a la más alta cumbre
en donde le aguardaba su madre.
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