agradecer la aurora
de la luz inesperada
que vence la oscuridad de la noche
sin estrépito ni armas;
respirar las huellas
del recuerdo,
la ausencia de lo no escuchado
ni visto pero amado;
agradecer el crepúsculo
del mar de brisas y sueños
que acercan el perfume
de horizontes infinitos a tu lado.
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