LA VERDAD PROFUNDA DE DIOS

Se ha  hecho visible y personal en Jesucristo; este reconocimiento, el conocimiento que es la fe, es una revelación pública, comunitaria, eclesial. Son sus amigos, los discípulos de Cristo, los que con la ayuda del Espíritu Santo no han podido sino transmitir la vida que experimentaron y que nosotros podemos recibir y revivir en esta Iglesia peregrina en medio del mundo.

INJUSTICIA CONTRA VERDAD

Toda injusticia comienza cuando se rechaza a Dios  y no se reconoce su existencia y presencia en este mundo, cuando Aquel que origina, sostiene y atrae a la criatura humana se ve desplazado de su lugar y es marginado. Y Dios se hizo margen para rescatar a los que no contaban, para que floreciese la justicia donde sus semillas habían sido destruidas.  El desplazamiento de Dios de la vida conlleva, por lo menos a nivel de principios, la arbitrariedad con los necesitados. De ahí que una pretendida fe en Dios siendo indiferente al sufrimiento y maltrato humano sea insostenible y la deja hueca, esquelética y descabezada. 

CONSAGRACIÓN ESPIRITUAL

La principal y más importante la bautismal y  con ella la que se recibe en la Confirmación. Un sacramento que recibido en ese momento de transformación física, de paso a la juventud, supone el fortalecimiento interno que se sigue de la recepción del Espíritu Santo, como Amor que impulsa a la naciente comunidad a salir al mundo,  para vivir en la santidad y arrostrar el combate de la fe en medio de las plazas de este mundo.

SACERDOCIO Y MUNDO ACTUAL

El ministerio sacerdotal sigue siendo un precioso tesoro en vasijas de barro, un don de Jesucristo que supera nuestras capacidades y que es percibido como dañino por tantos que lo ven desenfocado, y rechazado por otros porque no les encaja en su visión del mundo. El sacerdocio está en relación directa a la cruz de Jesucristo  porque de allí brota todo el amor para el mundo, culmen de toda una vida entregada y que pide de nosotros una respuesta en amor y gratuita que nuestro egoísmo y pecado, a  veces y por desgracia bastantes, oscurece. Nuestra debilidad no es obstáculo para el Señor sino garantía de que es El quien llama. Nuestra debilidad es lo que provoca que muchos disparen dardos que nos desacreditan y anulan. Es en esa frontera donde nos jugamos el ser o no ser. 

MARÍA Y EL MES DE MAYO

Ensalzar a María y que  la piedad  popular le dedique el mes de mayo, es un honor para el pueblo de Dios, sí, todo un honor,  porque esto no es bobería espiritual sino capacidad de reconocimiento para valorar a la mujer que se nos muestra en María. Mujer que actúa con libertad y por eso es obediente a la propuesta divina.