Tus jefes son bandidos , socios de ladrones: todos amigos de sobornos, en busca de regalos. No defienden al huérfano, no se encargan de la causa de la viuda.
Estas letras del libro de Isaías nos pueden valer como actualidad de nuestros días,sin ser catastrofistas, por los muchos logros alcanzados a nivel social que, desgraciadamente, siempre van a ser mucho más débiles para las personas que más lo necesitan. El humán, que diría Mosterín, es inigualable a lo largo del tiempo y el poder es apetecible por la soberbia que engendra y las ganancias económicas que llevan como efecto colateral. Adelante con la farsa de los que están en la picota, y no hablamos de cerezas.
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