La ocasión propicia, el momento adecuado para dar el hachazo, ese justo instante en que flaquean las fuerzas y las pulgas te inundan. Eso es lo que buscaba el instigador contra Jesús. Buscaba aprovecharse de su humanidad sabiendo de la inutilidad de su querer aprovecharse. Nada más lejos de su plan el conseguir vencer al Señor. Nunca podrá apartar de Dios al que viene de Dios y a Dios va a través de esta humanidad que El transfigura. Por eso todo se puede en Aquel que conforta y pacifica.
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