Hombre de Dios con hambre del semblante divino. Contempló la faz radiante del Salvador y quedó arrebatado y deslumbrado. Celoso de la fe en el Señor, supo de la sequedad divina y de su fértil aguacero. Experimentó la suavidad poderosa de Dios y sus miedos y desalientos fueron desarmados por la presencia de Aquel que no abandona nunca a los que envía.
PALPITACIONES
sábado, 20 de julio de 2019
domingo, 7 de julio de 2019
EL ORGULLO
De partida decir que la palabra no indica precisamente algo positivo. Sin embargo, lingüísticamente, no hay bondad o maldad. De por si el término es neutro. Es en su calificación donde puede comenzar la problemática. Decir orgullo y relacionarlo con lo homo es uno. Sin embargo, nadie sin más, está en disposición de apropiarse de un grupo o institución. San Pablo, por referirme a alguien con solera se enorgullece de la cruz de Jesucristo. Es decir un orgullo a años luz de otras consideraciones. Quizá sea conveniente no verse tanto el ombligo y abrirse a la universalidad del misterio cristiano que derribó muros. Quizá otros los están levantando con tanta presión a la mínima disensión sobre su visión.
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