De partida decir que la palabra no indica precisamente algo positivo. Sin embargo, lingüísticamente, no hay bondad o maldad. De por si el término es neutro. Es en su calificación donde puede comenzar la problemática. Decir orgullo y relacionarlo con lo homo es uno. Sin embargo, nadie sin más, está en disposición de apropiarse de un grupo o institución. San Pablo, por referirme a alguien con solera se enorgullece de la cruz de Jesucristo. Es decir un orgullo a años luz de otras consideraciones. Quizá sea conveniente no verse tanto el ombligo y abrirse a la universalidad del misterio cristiano que derribó muros. Quizá otros los están levantando con tanta presión a la mínima disensión sobre su visión.
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