Va por ti, ahora que cambias de domicilio para alojarte en ese espacio de amor, Dios en su desvelo más tierno, que El prepara para sus servidores y donde su resplandor hace brillar los rasgos que te han definido y definen como buscador de la fuente de vida que incesantemente te ha suscitado la sed de lo cotidiano y sobrio como reflejo de lo eterno.
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