Solamente así se es humano, sin más adictivos, cuando las causas por las que se lucha, en el plano de los principios, es en defensa del ser, de su dignidad, de la existencia, de la justicia. Nunca el combate de la vida se puede realizar defendiendo lo contrario. Y lo peor es la banalización de lo verdaderamente valioso con posturas cómicas que desfiguran y minusvaloran lo bello y lo incomparable de nuestro origen y final.
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