la que reposa en la huella
que dejaste a tu paso,
un silencio que envuelve
y perfuma,
sueño que dispara ansias
al escucharte, ese acogerte,
abandonarse en el humilde servicio
sin ser reconocido.
Aspiro tu presencia
cuando declina el día,
y a la noche,
la cruza la blancura de la luna
y el latido y suspiro del que te busca.
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