Helsinki, Kiev
o Jerusalén. La Habana,
Tokio, Saigón, El Cairo. En cualquier
lugar de la Tierra, latidos de vida.
Distintos idiomas pero rostros humanos,
ojos y manos, sonrisas y llantos
sin importar color o raza.
Abajo fronteras y muros.
El amor todo lo abarca
y nada lo apaga.
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