aunque estés solo
y dejado de la mano de Dios.
Chaparrón tenemos
y aciertas. Piensas en el éxito
y goleada al canto.
La noche entera pescando
y en la red, nada.
¿Cómo será eso ?
Y te lo fían al Espíritu Santo, María.
Ella, la que se sobresalta, con razón,
e indaga en su corazón.
La que pregunta y se interroga.
La que se abandona sin saber.
La que no se esconde y se deja
iluminar. La que se asombra
y en su interior alberga
lo más desconcertante
del misterio de Dios.
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