Una sinverguenzería esa que se denomina yihad, ay Señor, que desgracia tan impresentable, que manera de encubrir el ansía de matar por matar, como si de un juego se tratase. Peliculero esperpento el llamado yihadismo, que excremento maloliente envuelto en paraísos inexistentes. Qué repugnante es todo aquello que se traga la vida, un agujero negro que debería volver al espacio.
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