Casi podía ser el título de este blog como constatación, después de varios años de andadura digital en un mapa mudo con sombras de territorios amplísimos, cuando se refleja la entrada de unos cuantos desconocidos, de que ese el número real de los que se reconocen como tales de estas entradas que en el fondo son desvaríos de ternura inefable de este humilde cero a la izquierda. Y como lo que cuenta es lo incendiar las redes, que ya huele a chamusquina miserable, uno se siente feliz ante el panorama de photoshop despiadado de lo humano en el que estamos inmersos. Frente a esta deriva me apunto cada vez más al " y el Verbo se hizo carne".
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