dejadlo libre.
Quitadle las vendas,
que el aire disuelva
el hedor de la tumba.
De enfermo,
a muerto cuatro días. Ahora
Lázaro redivivo
por la palabra del amigo.
Con las señales de muerte
camina entre los vivos
y las lágrimas del duelo,
se tornan por la fe
en insospechado alivio.
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