No callaré sino que izaré la bandera de la vida, del respeto por cada uno y por todas las personas. Por amor, que Dios nos aparte de hacer daño a nadie cuando las decisiones afecten a otros y se puedan sentir despreciados sin haberlo pretendido. Por amor de Dios que no haya maltrato físico o psicológico. Que nadie viva con angustia, con miedo, con pánico por la inseguridad producida por otros. Por amor de Jerusalén no descansaré hasta que rompa como aurora su justicia y su salvación llamee como antorcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario