Con esta palabra de la bendita lengua gallega, entiendo la firmeza y aplomo para vivir y emprender proyectos con valentía, arriesgando pero al mismo tiempo con la seguridad de saber que nada los va a hacer tambalear. Es la determinación a combatir bien el combate sin miedo a nada ni a nadie, la de salir al campo, no con la derrota en la mente, sino con la convicción y fortaleza en el corazón de saberse capaz de lo que uno va a realizar y por lo que, posiblemente, pocos apuestan. Nunca salgas derrotado, no te doblegues, lucha y convencerás.
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