La boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares y no como indiferencia al dolor que como mancha de aceite campa por montañas y valles de este planeta nuestro. Es por la confianza en el Señor, en su presencia, que puede cambiar trayectorias que consideramos como indicativos negativos, debilidades. Lo débil de Dios es más fuerte que aquello que consideramos imposible de superar y lo necio de Dios más sabio que todo lo considerado como humanamente superdotado. Nos parecerá soñar porque si no lo hiciéramos despiertos, estaríamos en un profundo sueño.
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