Dignas de compasión. Eso es lo que somos. Nada nos satisface y pensamos que con nosotros se rompieron los moldes. Y es cierto que somos irrepetibles y únicos pero el mismo barro nos configura. Pero de qué podemos presumir. Limitados y limitantes lo único que de verdad nos ennoblece es el reconocimiento de nuestra propia finitud abierta al que todo lo puede.
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