Es rastrero, enreda, siembra cizaña y discordia. Es el enemigo "number one" al que muchas veces secundamos. El altivo es minúsculo frente al Altísimo que nos protege y defiende y nos da la capacidad de luchar y superar la mezquindad y arrogancia del que influye e incita a la perdición. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mi. Laus Deo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario