de todo el pueblo Dios.
Bendita la que ha creído,
la que peregrina esperando
la flor del amor inmarchitable;
aurora de la luz inextinguible
brillas y acompañas a tus hijos.
Ellos, ardientes
al calor de tu corazón,
con rosas en los labios,
cantan a coro,
a pesar de las insidias,
el encanto de tu silencio
y el incontenible estruendo
del magníficat vespertino.
mientras combaten
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