Esta es una marca que identifica a los presbíteros. Somos colaboradores del obispo respectivo para la edificación de la Iglesia. Esta no es una misión que se mira el ombligo sino centrífuga, desde el centro que es Cristo hacia fuera, la periferia. Construir y edificar la Iglesia no es tarea de llaneros solitarios sino de copresbíteros que abiertos a su obispo trabajan en comunión para la comunidad. Cuando esta misión se hace como si fuera propia de uno, sin la referencia episcopal, diocesana, es cuando se convierta en sectaria aunque esa secta esté compuesta por uno mismo, autorreferencial.
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