Nació anteayer (22 de marzo de 2016) Carlos Olivares Mozo. Estuvo a punto de hacerlo en el tan traido y llevado Hospital Alvaro Cunqueiro. Al final fue en el Meixueiro, tan denostado el. Nació a la vida verdadera, la que proviene de Dios y a Dios vuelve. En una soledad sonora de fe, el dolor silenciado de su cuerpo le hizo volar hasta el Dios que se expresa a través de signos. Esos signos pequeños que hablan de Dios y acercan al ateo que llevamos dentro hasta la cumbre divina donde la vida y la alegría se entrelazan y se dan la mano.
Descansa Carlos, como sacerdote para siempre, porque tus obras te acompañan. Emigraste con medio cuerpo pero un cuerpo donado por entero para Dios.
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