Esta es la forma de dirigirse a Jesús, de situarse en la vida ante Dios. Es la postura antagónica del que se cree con derechos y piensa que nada pasa por pedir porque lo considera humillante. No se ve necesitado. Si quieres, Señor, si tu consideras que lo que te pido es conveniente y que me va a servir para que mi gozo sea alabanza en honor tuyo, hazlo en mí. Lo dejo todo a tu querer, sea lo que sea seguiré reconociendo que eres Tu quien dispone todo y lo que Tu decidas será siempre lo mejor.
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