No es desaparecer, es aceptar la necesidad de guardarse y protegerse y no por egoísmo o desentendimiento del vecino o de aquel más vulnerable. La confinación es ponernos límites por el bien mutuo pero no es pasar del que necesita ayuda pero la primera ayuda es no poner en peligro a otros. El que haya grupos de personas que por su trabajo se arriesgan más y están en la brecha para ayudar no puede ser un motivo para desentendernos de lo que sucede pero tampoco puede llevarnos a tomar decisiones imprudentes en nombre de Dios.
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