PALPITACIONES

sábado, 14 de febrero de 2015

DESIERTO CULTIVADO

Tras las huellas dejadas  
en los bordes del corazón,
delicada presencia callada, 
 balbuceo, 
pronuncio torpemente tu nombre.
Tu trayendo luz para que navegue
y yo entrando en los surcos del camino, 
de las piedras, de las zarzas y espinos.
Y es tu tierra buena, la que me das en tu Hijo,
Oh Padre de la luz sin ocaso,
la que hace brotar lágrimas, un rocío de amor
donde crecen las rosas y los lirios.

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