Cómo se trunca la vida,
de qué forma tan callada,
lágrimas, llanto, luto.
No llores;
Jesús frente a la muerte.
No le tiembla el pulso,
toca al muerto,
su voz es firme: incorpórate muchacho,
a ti me dirijo.
Devuelve a su madre
el hijo perdido.
Alabanza a Dios,
inacabado regocijo.
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