Con esta expresión usada por Miguel Bosé al fallecer su sobrina Bimba, se suscitó en las redes sociales una agria polémica dialéctica que simplemente calificaremos de lamentable. Porque es importante en esta España nuestra saber respetarnos y más aún cuando se trata de momentos tan delicados como la muerte de una persona. El silencio es una primera señal de respeto. Si Miguel Bosé le desea buen viaje a su sobrina, fallecida en una lucha admirable contra su enfermedad, lo mejor es no malinterpretar la expresión y reconocer que la muerte es una partida, una emigración, un vuelo que para nosotros tiene una meta que es el cielo, Dios, grande y amplio donde esperamos que todos nos haremos semejantes a El. Si coincidimos en el inicio estamos muy cerca de coincidir en la meta. No disparemos sino valoremos lo que nos une que en el fondo es la esperanza de una vida mejor.
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