Eso es lo que ve Dios. El llega a donde el ojo humano no alcanza. Es una mirada compasiva, escrutadora del mal, purificadora. El elige cuando encuentra a alguien conforme a su corazón. Ahí está su libertad. Cuenta con que cada uno de nosotros no busquemos sino aquello que le agrada a El. Y El se complace en el humilde, en los sencillos como María, la doncella de Nazaret.
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