Eh.Qué vas a hacer? Párate un poco, prepárate antes de sentarte a la mesa. Haz silencio. Reflexiona. No te lances a por la comida sin más. Aguarda. Merece la pena poner ese suspense antes de comer. Respira hondo. Bendice. Bendice largamente, haz un hueco en ti para el Dios vivo y el hermano hambriento. Siéntate y sienta contigo la paz del que no come.
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