Conseguir mantener la línea, comiendo, es el bingo de la vida. La gente se admira cuando comprueba que personas que en los cánones de belleza actual se comen lo que sea, están tan finas y campantes. Lo achacan al metabolismo. Ese es el sueño: poder comer, disfrutar y no subir de peso. Que felicidad. Pero atención, para esto nada mejor que creer en Dios. Porque su plan dietético es vegetariano. Que placer disfrutar de las hierbas del campo; frutas y verduras son un placer inconmensurable, aderezadas con gotas, digo las verduras, de aceite del olivo vigués. Que buen plan el de Dios para el hombre.
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