Hasta la virgen María tenía ego, eso acaba de manifestar el director de cine Ruben Östlund en una entrevista a propósito de su pelicula The Square, entendiendo con ello que ella quería, como todos, ser respetada y amada por los demás. Es evidente que María es un yo, una singularidad pero lo es porque hay un Yo con mayúsculas que la constituye en un tu. María es alguien, un yo, único, pero eso no supone una búsqueda exacerbada del reconocimiento de los demás como necesitada de ser la prota. El reconocimiento le viene de Dios mismo y a partir de ahí el me felicitaran todas las generaciones es saberse dichosa por ser pobre de espíritu y enaltecida por el único que la sostiene, la hace respetable y amable.
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