El cachondeo, el hombre invisible. Nosotros defendemos el perdón, la misericordia desde la justicia donde la víctima no es vilipendiada como un clínex de semáforo. La disolución es la postverdad, la palabra mágica para escurrir el bulto.Pero así es la miseria humana necesitada de la misericordia de Dios; sin ella estamos en la disolución de Dios, en la impunidad de una ideología que consiste en matar, en disolver a las personas.
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