Es el Espíritu Santo en cuanto defensor, auxiliador, pariente divino, huésped del alma que nos conforta y da seguridad frente a toda asechanza, el que evita el alzheimer espiritual de montar la fiesta al margen de la que se celebró en Caná de Galilea, el primo de zumosol, si con ello no ofendemos, que no nos quita protagonismo en la lucha, muy al contrario nos involucra por entero dándonos un ánimo y una fuerza insuperable.
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