Te apareces
mientras vamos de camino.
Te acompasas a nuestra paso
desorientado,
el de los impulsos
por hacernos importantes y primeros,
al galope en nuestro yo desbocado.
Y Tú, apaciguas con interrogantes
lo seguro y alcanzado
y desbrozas la tiniebla
de lo incomprendido
con indicaciones a diestro
y siniestro. Estás "da per tutto".
Imprescindible presencia
que calma y reorienta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario