Acudimos a ti, Dios de bondad,
sedientos de tu palabra,
hambrientos del Pan vivo.Sabemos que tus palabras son invitaciones
a romper nuestros muros
y a regalar sonrisas.
Que no demos nuestro corazón al dinero.
Que compartamos el dinero con los pobres
y el corazón sea tuyo y así será de todos.
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