María la llena de gracia, es la que ha hallado gracia ante Dios. Es la llena de gracia porque Dios la ha considerado de tal forma, con su predilección y la misión a ella encomendada, que la ha querido cerca de si, a su servicio. Confía en su capacidad de entrega. Se confía a ella. Esta es la grandeza de nuestro Dios que respetando nuestra libertad se echa en nuestras manos. El espera que nosotros nos hagamos cargo de su designio de paz y bondad. No nos carga pues nos aligera siempre. Nos encarga como lo hizo con María de lo más querido porque se confía. Por último envío a su Hijo pensando: respetarán a mi Hijo.
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