Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. En esas estamos. En esa situación, en principio, de inferioridad. No nos convirtamos nosotros en lobos porque la situación no cambiaría, solo que nosotros pasaríamos de corderos a lobos. La visión isaiana del lobo y el cordero yendo juntos sin que el lobo se coma al cordero, es el deseo de un mundo nuevo, reconciliado, posible, contando con Dios para quien nada hay imposible.
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