Ronaldo, CR7, todo un personaje viral, triunfador incansable, deseoso de aportar siempre su gol, y aunque jugador de equipo, su contribución más valiosa era su remate a la red, su chilena, taconazo, cabezazo; ese espaldarazo para el equipo del que se sabía parte y del que salía beneficiado. De gran corazón y un yo grande en el que cabían estadios enteros y el de la vecchia signora no quedará atrás, se ha convertido en una estrella que brilla más allá del césped, en las alfombras y espacios públicos donde quiera que vaya, pues siempre habrá una cámara para grabar ese sprint mágico de su presencia deportiva y cuidada hasta límites insospechados. De Madeira pero de barro como otro mortal, tu mayor balón de oro, tu reto como el de cualquier mortal, será ser humilde, es decir, arcilla, que cuando nos dejamos moldear por nuestro Dios Creador en Jesucristo, nos convertimos en obra de arte porque para El todos somos valiosos , de incalculable valor, el de la sangre del único y verdadero Salvador del mundo.
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