Nos degradamos cuando dejamos de controlar instintos, pasiones, que nos llevan a actuar de forma inhumana. Nuestra libertad tiene unos límites que empiezan en el otro, sea del género que sea. No podemos hacer lo que nos da la gana, como por ejemplo, querer disponer de la vida de los demás. Homo homini lupus, decía T. Hobbes, y desgraciadamente no le está faltando razón. Lo vemos reflejado en la violencia machista y en tanto tipo de violencias contra el ser humano, aunque sea diminuto y sin voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario