no hay enigmas.
yo soy la huella,
la sombra que se refleja
en la áspera madera,
la mano agujereada,
la puerta abierta,
el acceso a mi herido pecho.
Yo soy el manantial
de tu luz y tu noche,
la estrella matinal,
el crepúsculo del sueño
donde brota la palabra
y el fecundo silencio.
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