que dejas a tu paso;
el rastro de tu voz,
deseo de aspirar
en el silencio vespertino
ese toque de vida
que eriza el trigo
por la falta de agua en su espiga .
Infinita ansia,
confluencia de miradas
que se entrecruzan
buscando la frescura,
ese callarse para ver
sin formular preguntas.
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