Así precisamente da comienzo el evangelio según San Marcos. Arjé tou evangelíou...El evangelio es siempre un estreno; una buena noticia nunca está resesa. El pan tampoco. Es la vida misma la que es un continuo empezar, un iniciarse lejos de automatismos y rutinas en las que tantas veces nos vemos envueltos. Nada se repite. Las palabras, gestos, acciones, las personas, los días y las noches, los espacios, el cosmos, estamos empezando a ser y con eso no estamos dejando de contar con la historia, los hechos palabras, personas, guerras y paz que nos han precedido; estos son surcos que labran nuestro corazón, nuestro rostro, las lágrimas y sonrisas. Con todo, estamos a tiempo de convertir la espada en arado, el plástico en "epis", el odio en un clavel que perfuma de paz todo el universo.
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